Nueva trama mexicana -y no tanto-.
Deberemos situar a los personajes urbanos en una danza furiosa contra sí mismos, en tonos de grises, (puede entrar de vez en cuando uno colorido que rompa la monotonía del plano secuencia)mientras vamos captando selectivamente las expresiones de sus rostros abominables de ensimismados.
De la superficie al metro no hay grandes cambios - salvo la luz que desaparece paulatinamente, los rostros que figuran uno sólo, miles de veces repetido- y el movimiento va cambiando hasta que ahora, lo único que se distingue son los pies. Sorprende darse cuenta, mientras más bajo se mira que entre sus pies con igual vivacidad las cucarachas se mueven en sentido opuesto a las columnas con botas, huaraches, tennis rotos o nuevos, mocasines relucientes, botines altos, zapatillas de plástico de colores pastel, una infinita variedad de calzado para dama y caballero, compare y venga a vernos, repetía su cabeza mientras miraba con estupor que todos traían un polvo de color negro pálido, ceniciento que los hacía verse sucios y más viejos, más usados y en definitiva reveladores. -polvo negro-. Pensó antes de mirar que la gente entraba al vagón de metro, frente a sus cavilaciones y sus ojos. Miró una vez más hacia los suyos. Un charco de sangre los alfombraba.-¡las cucarachas!-. Subió.
1.VAGÓN.INT.HORA INDETERMINABLE.
ESPEJOS ROTOS.
Ahora parece haber cambiado todo. Los rostros han tomado particularidades que los vuelven inquietantes. Pareciera que cada uno de ellos ansiara decir algo, una historia propia, emitir un sonido original, que al escucharlo fuera capaz de seducir embarcaciones y sacarlas de ruta. Al cruzarse sus ojos se aprecia una complicidad ritual que involucra a todos, uno a uno mientras un murmullo de voces in crescendo discordante se funde con el ruido del vagón que avanza . Silencio. Una palpitación cada vez más alto. Ruido del tren que corre. Respiración que se dificulta. Agitada. Silencio y ruido con melodía acelerada.
Una mujer en el fondo abre los ojos. Se percibe la angustia en su rostro. Una mano empuña un objeto que punza una tela color ocre. Otra, acaricia un abrigo azul. Alguien más empuja una espalda ajena. Un gemido. El tubo del vagón lleno de manos. Un rostro que se abstrae en el vacío de un reflejo ajeno y sin rostro. Mano fuerte que descansa pesadamente en un regazo.
Ni los sueños de los más ilustres hombres, ni las ideas o guerras de estas mismas -bajo el signo de dios o del diablo-, ni los deseos más locos y sublimes, o las luchas que luego fueron leyes, pueden traducir los marcados signos de los rostros de estos.
La miseria se calcula al ver el cuadro completo, con todo y lo que cargan todos ellos. La miseria está en su cuerpo y en su alma. En el brillo que se ha extinguido, cataráta o glauocoma de sí mismos. En la rabia contenida o vomitada. En el desencanto con que se miran. Avanza, se mece.
Puede inclusive olerse. Es una mezcla de periódico, sudor, alcohol y dulces. De sexo, mariguana o resistol, verduras, agria podredumbre de basura, de pápalo.
Esta mezcla se encuentra como imperceptibilidad que vuelve inmune a quien respira, lo adormece, lo vuelve decidido en ocasiones.
Se detiene y miro entrar a Pepe el Toro, María Candelaria, Pito Pérez, el Santo, Chanoc junto a más plañideras áureas. Los pasajeros los conocen. Los reciben con gesto de nostalgia. Sonríen y dan la espalda. Se cubren el rostro con periódicos que sólo hablan de muertos, agarrados, mutilados, arrasatrados, ahogados, quemados, desaparecidos o castrados. Una mujer con cinco niñas, duerme contra la ventana. Las niñas juegan en el asiento y golpean accidentalmente a un anciano bien vestido, que despierta. Música espantosa en la estación siguiente. Todos los que entran polvo negro y rostro que habla que delata el mejor sentido de la auténtica tragedia mexicana. La herida que sangra en las entrañas del pueblo. Anuncios y productos sobreviven airosos a inundaciones o incendios, temblores y masacres, propaganda y discursos se extienden como cáncer al igual que las gaseosas y los pomos . Mientras meto los brazos a mis bolsillos rotos, como todos los otros.
Verifico cuántas estaciones me faltan y al ver los iconos me parece que algo se ha roto dentro mío y tienen una nueva faceta antes no vista. Y sé que los han dejado ahí deliberadamente. Como las cucarachas.
Las puertas se abren con el sumbido insoportable. Una encarnación de Nacho el que trabaja en el supermercado, y que me recuerda a la changa no porque tambien mendigue y beba sino que me produce una sensación punzante, mezcla de admiración y desconsuelo. De profundo respeto, euforia e irreverencia y ganas de gritar a todo pulmón que la vida es mórbida y extraña y resulta inútil si no podemos Ver nuestro reflejo en Otro.
Es una broma de mal gusto, si detrás de la máscara no encontramos nuestro Rostro hecho añicos y formado de pedacitos de otros rostros.
El viejo se acomoda en el fondo.
2.EXT. DEL VAGÓN. LUZ ARTIFICIAL QUE SE COMBINA CON NATURAL QUE SE FILTRA POR ALGÚN LUGAR QUE NO SE UBICA.
EL SALMÓN EN EL RÍO
Es increíble sentir el ritmo que debes alcanzar para no estorbarle a alguien de cualquiera de tus lados. Lo más increíble es lo armónicos que resultan estos movimientos, verdaderamente se logra este cadencioso avanzar - que termina cuando se llega al final, a la línea amarilla-. irrumpiendo al vacío, precipitándose.
Es una auténtica marejada llena de arena que viaja con una ventisca fresca en medio del bochorno, de la contigüidad que en invierno resulta la manera más eficaz de alcanzar la temperatura natural del cuerpo.
Un desfile hacia el precipicio de algo incierto. Que sólo ha traído sufrimiento y odio. Que tiene cara desnutrida y enferma, que usa ropa vieja y se ajusta el cinturón un agujero más, remienda y repinta o ensaliva sus zapatos, que tiene menos cabello y más canas, que arruga el ceño mientras su artritis le anuncia recrudecimiento paulatino. Que clama por comida en sus mentadas sin razón y en sus tripas sublevadas. Que gime por que se escuchen sus razones de ser humano despojado antes de ser condenado a la inutilidad de su existencia o que se le ponga una etiquetilla de remate y se acabe con él y los de su especie, pues no tienen demanda en el Mercado.
Es extraño. Un sentimiento como de haber sido inyectados estos pensamientos por el pasillo largo, que apretuja frustraciones con cara de jóvenes mujeres, hombres, niños y ancianos descoloridos junto a otras que se pintan el rostro todos los días, por vergüenza a mostrarse sin uno. Pues alguien podría considerarlo una grave falta a la moral, a las costumbres y sobre todo un acto evidente de violación al orden establecido...
En este momento detengo mis pies y busco en mi mente el porqué de mis pasos. ¿Es esta la dirección correcta?. No estoy seguro así que miro la marejada de cuerpos en su viaje interminable, en su vaivén ordenado.
No sé siquiera hacia dónde es que iba...o ¿porqué iba? Sólo esa frase matutina de Las cucarachas...y ¿ Cómo pudo referirse de ése modo? Ah! Entonces recuerdo que para no pelear por esa frase tan perversa como insulsa sobre las cucarachas, salí a dar un paseo... Recuerdo el rumbo decidido en el instante en que esa maldita frase se clavó en mi cerebro y me hizo imaginar cosas horribles. Podría matarte a veces. Podría matar a cualquiera en lugar tuyo. O a mí para acabar con el malestar. Con el asco que me produjo hablar contigo de las Cucarachas...Escuchar cómo hablabas de las cucarachas, como si ...
Me gusta imaginar mi voz y gesto en una teatralidad auténtica, generalmente pienso en los extremos, en cómo lo diría un sádico a su víctima, un gran capo o matón a un inocente, un amante celoso o un marido engañado en el momento mismo de la sorpresa, un policía corrupto descubierto. Una mujer delante de su violador, o un agredido ante el asesino de su familia. Un joven de una ganga a un policía racista.
- Matarte, cucaracha -...¡eso fue...eso escondía su frase de temprano, en el plomizo cielo de sus ojos.! Lo dijo mirando la foto de ese hombre que la tenía tan mala. La foto de un salmón saltando río arriba. Fue algo impresionante que no recordé haber visto hasta ahora que lo pienso. Algo me hizo prestar una atención especial al salmón saltando que recuerdo su frase y esa imagen...
Pero y el salmón ¿de dónde vino a mi cabeza? ¿y porqué lo asocié a las cucarachas? La verdad es que pareciera no haber relación alguna, mejor buscar el lugar ideal para escapar y distraerme...mejor olvidarme de todo... incorporarme a la corriente humana, empaparme de sudor ajeno. Y aspirarlo.
(Entonces tuvo la certeza de que quien lo mirara se percataría de su tonta historia del salmón y las cucarachas.)
Pero lo más absurdo de todo era dividir al mundo en salmones y cucarachas. ¿porqué lo había hecho? ¿porqué seguía el eco de su voz en mi cabeza, de algo dicho al hilo de una conversación insignificante? ¿es que había sido aquella una conversación insignificante?
No lo soportó más y apresuró sus pasos hacia la sala de abordaje del vagón. Ahora sentía náuseas. Y todo a su alrededor le aumentaba el malestar. Todo giraba. Se sentó en el piso. Se levantó.
Necesito aire, tengo que salir. Aire. Aunque sea de este, de imitación del aire que ya no existe, de esta burda edición del Mercado.
Buscas la puerta de salida más cercana, después de todo, el pestilente aire de la ciudad es mejor que aquel otro respirado cientos de veces en el subterráneo. Al mirar las copas de concreto enredadas arriba tuyo, sientes vértigo y buscas un lugar para sentarte. Para no derrumbarte. Y te das cuenta de que es imposible detenerse, que debes seguir el movimiento, que no derrumbarse significa bullir.
3. EXT.CIUDAD GRIS. PARQUE DE PASTO AMARILLENTO.
Buscas con quién hablar, a quién decirle lo que te pasa para darte cuenta antes de que te animes, de la insensatez de tu búsqueda. No hay nadie que pudiera atreverse porque entonces tendría que hablarte de sus malestares ocultos. A nadie le gusta hablar de sus malestares ocultos, de los que provocan náuseas y vértigo y obligan a buscar una rostro impregnado de camaradería. Existen marcas que indican a quién escoger, pero hay que ser muy hábil y veloz para encontrarlas pues se desvanecen en segundos, ante espectador de poca experiencia. Hay que dejar a un lado el malestar y concentrarse en la búsqueda.
“Si la reencarnación existe, entonces ¿porqué la repetición?”. ¿En qué momento el hombre perdió el contacto consigo mismo? ¿De qué sirven las filosofías, las racionales teorías, los estudios, las leyes, hasta la religión si no puedo contarle a nadie lo que me está matando? ¡ Si no puedo explotar y decir que me enloquece la idea de un salmón y que su estúpido comentario sobre las Cucarachas me repulsa de una manera extraña !...Tal vez no debí haber bajado de ese tren...a lo mejor en las entrañas de esta mierda me siento menos peor...aunque tal vez no sea así...
Tal vez en el fondo lo que me molesta es que intente acabar las Cucarachas ese maldito tono cuando lo dijo, cuando pronunció la palabra cucarachas es lo que más me revienta, lo que me está enloqueciendo...
Contemplé al hombre de las migajas de pan, a la mujer con olor a leche fresca, al niño de los ojos choquilosos.
Mis lágrimas son internas ante la imposibilidad de vaciar el cántaro en un parque sin vida. En una ciudad puta. En una ciudad ramera y enojada. En la ciudad que dominan ellas que tanto te molestan, según tus estúpidas apreciaciones...Me molestaste tú, como nadie lo hacía desde hace muchos años, como no puede hacerlo nadie más porque de ellos no depende mi razón o mi locura. Y ahora estoy enloqueciendo por una frase suelta de tus labios. Sin poder ahogar el dolor en un grito contra tu voz en mi cabeza, sin poder desdoblarme como una naranja y dejar que un extraño me chupe las entrañas, mis vísceras insalubres y marchitas.
Ahora me tiendo en la azotea más cercana y escurro mi mente, mi cuerpo. Seco lo externo y lo interno, lo perpetuo y lo volátil. Debo secarme por completo y comerme el polvo negro.
4.INTERIOR. SE ESCUCHA: HEY,THAT’S NO WAY TO SAY GOODBYE. LEONARD COHEN.
Cerrar círculos. No dejar cabos sueltos en mi historia, ni en la tuya.
No tragarse el polvo negro de tus zapatos, hacer que Tú te lo tragues junto con tus estúpidas palabras sobre las cucarachas. El polvo negro que dejaron miles y miles de ellas destruídas bajo los zapatos de tantos miles y miles que son como tú.
Tuve que hacerlo y después de eso me convertí en lo que tú quisiste que me conviertiera poco a poco desde esta mañana en que dijiste eso de las Cucharachas...eso de que había que exterminarlos a todos como cucarachas porque no merecen vivir, porque son unos bastardos, unas mierdas humanas.
Tu cuello blanco y blando y tu cara deslavada con el horrible gesto de la muerte que entra y se lleva las almas. Entre tu mano inerte el periódico del salmón que nada contra corriente.
Y al aplastarte con mi zapato.Me aplasté tambien a mí.
No supe entender tu juego, tu doble juego y como el más imbécil de todos, al acabar contigo sepulté mis esperanzas de salvar a las Cucarachas del mundo y de salvarme a mí de mi condición de juez y verdugo. Ahora la oscuridad me libra de la persecusión del mundo hacia mi persona. Cucaracha mayor de todas sin posibilidad de ser salmón nunca más.
LilithSinTierra año del dragón.
1 comment:
Fuck! I`m so damn good I amaze myself
Post a Comment