Porque me parece imposible no quererte en el alba,
Cuando despiertas y traes un halo, un aro, una corona
De luz que le has robado a un sueño.
Y sonríes y me miras y te vas con el gato y te mueves con el ritmo
de todo lo que se levanta.
Y tu cuerpo cubierto con el espejo de la noche
Revela vuelta del inframundo
Transpira siglos e instantes nuevos
Únicos .
Como cada mañana, en la vigilia que hace que tornes ya con la luna, Venus, Júpiter,
El río
Una gorda nube de azúcar
O el azul del cielo enredado en tu cabello.
Entonces sé que en esa profundidad intocable de anoche
Remojada en el Nilo miraste al frente,
Tu reflejo, otra dimensión de ti.
Acuática y frágil.
Y viste a otro.
Que en trampa líquida
Abrió su mano, mostró tu ombligo
Y te sumergiste
Buscando aquello que te quitaron, quién sabe cómo,
Luchaste a muerte
Y en tu carrera
Como cada una de las noches que vas a él,
sin darte cuenta
arrastrando estrellas
arrancadas con fuerza a quien quiso retenerte
devolviste al centro lo que el gemelo había arrebatado de tí
a plena luz, en la primera luz de tí.
Como intenta hacerlo cada día, para volverte a Las Aguas de su eterna alegría.
Sabiendo siempre que volverás y envolverás con tu rocío,
el árbol viejo de mis recuerdos.
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