Sunday, October 08, 2006

...el Ché nuestro, de cada día...

Sup Comandante Insurgente Marcos: "El Che sigue vivo, está con nosotros y con muchos más".

Por Jesús Ramírez Cuevas/Reuter
La Realidad, Chiapas.

El legendario comandante guerrillero Che Guevara "sigue vivo a 30 años de muerto, está con nosotros y está con muchos más" afirmó el Subcomandante Marcos jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), guerrilla indígena de Chiapas, estado sureño de México. "El Che está más cerca de nosotros de lo piensan muchos", agregó.


"El Che vuelve a caminar no sólo -o no preferentemen
te- con el uniforme de la guerrilla, con el uniforme de las armas, pero siempre con el espíritu de la rebeldía, con una propuesta ética de ser mejor" dijo Marcos en entrevista exclusiva concedida a Reuter.

"En el 30 aniversario de su muerte el Che va a seguir sobreviviendo" comentó un Marcos reflexivo durante el encuentro efectuado en un lugar de la selva distante a media hora de La Realidad, lugar donde hizo su última aparición pública a principios del año.

Empedernido fumador de pipa como el viejo guerrillero argentino, Marcos -refugiado en las montañas de la selva Lacandona como hiciera el mismo Che en su última aventura en Bolivia donde fue asesinado por el ejército de ese país el 8 de octubre de 1967- negó que aspire a heredar el hueco que dejó el Che.

"No aspiramos a su herencia. Pero evidentemente la camisa y el peso de la herencia política, moral, ética del Che es demasiado grande para cualquiera. Pero de alguna u otra forma todos los movimientos rebeldes de América Latina son herederos de la rebeldía del Che, de su aspiración a un mundo mejor, de la aspiración a un ser humano mejor y de la necesidad de luchar por construir ese mundo y por convertirse en ese hombre mejor", aseguró a Reuter.

Sentado sobre los restos de un arbol caído, el subcomandante señaló que "son herederos del Che no sólo los movimientos armados o guerrilleros que hay en América Latina. También todos los movimientos sociales, todos las organizaciones políticas de izquierda, de esta otra gran mayoría de la sociedad latinoamericana que es la sociedad civil: jóvenes, mujeres, niños -no pocos-, homosexuales y lesbianas, todos los sectores marginales, son herederos del Che".


"Esta es una herencia muy grande, algo que cualquiera puede hacer. Esto no significa dejar todo, irse a la montaña, tomar un fusil y desafiar al poder mundial sino que es esa posibilidad de rebeldía y de que esa rebeldía se traduzca en un mundo mejor para otros. Nosotros decimos que nuestra consigna de ‘Para todos todo, nada para nosotros’ es una consigna que tomamos del reconocimiento y la ascendencia ética que tomamos del Che", agregó Marcos.

Según el líder zapatista, en Ernesto Guevara ésta historia "en él alcanzó una corporeidad muy definida pero que tiene que ver con toda esta rebeldía que subyace en América Latina desde su nacimiento", dijo a Reuter.

En 30 años muchas cosas han pasado dijo Marcos mientras se tomaba la vicera de su vieja gorra café llena de remiendos en la que sobresalen tres estrellas rojas deslavadas por el sol. "El hecho de que se celebren 30 años y de que el Che haya podido sobrevivir no sólo a su muerte sino a los intentos de banalización, de convertirlo en un objeto de consumo o de moda.

Que 30 años después, por un fecha o por la aparición de su osamenta, vuelva a plantearse su vigencia, muestra esta tozudez o esta necedad de América Latina y de todo el mundo de reiterar la rebeldía y la posibilidad de que esa rebeldía se traduzca en la construcción de mejores caminos para todos" comentó el vocero de la guerrilla integrada por indígenas mayas de Chiapas.

Balanceando el AR-15 entre sus botas cafés visiblemente desgastadas, Marcos recordó que "el Che vuelve a sobrevivir al ataque del tiempo, como también sobrevivió al ataque del mercado, como sobrevivió a pesar de todo al ataque de las boinas verdes en Bolivia, como sobrevivió a los intentos de sacralizarlo y santificarlo, sobre todo por ciertos sectores de la izquierda latinoamericana".

"Vuelve a aparecer con nosotros, aparece con otros grupos armados, con grupos pacíficos, con grupos civiles, con organizaciones no gubernamentales", puntualizó.

"La gran aportación del Che, su gran herencia, es el valor ético de una propuesta que le valió el reconocimiento no solo de los sectores de izquierda sino también de la derecha y de sus enemigos. Esta consecuencia con una forma de pensar y de vivir hasta las últimas consecuencias con esa forma de pensar" señaló el estratega militar del EZLN, un movimiento armado que ha sido calificada como la primera guerrilla "posmoderna" del mundo.

"El problema ahora es que la figura del Che está un poco envuelta en la bruma, en el tiempo trascurrido desde de su caída en la quebrada del Yuro, en —acahuazú (Bolivia). Hay discusiones sobre si el Che era bueno, era malo, si era muy militarista si era muy intolerante, si era un santo, si era un gran hombre o no. Finalmente, lo que sobrevive a todas esas
polémicas más o menos serias y profundas, más o menos irrelevantes, es la posibilidad de poder construir un mundo mejor para todos y que ese mundo pueda ser habitado, vivido y llevado adelante por un ser humano mejor al que ahora somos", dijo el jefe guerrillero mexicano.

Con humildad, Marcos comentó que al Che los zapatistas "tratamos de conocerlo mejor, tratamos de tomar lo mejor de él, como tratamos de tomar lo mejor de otros héroes sobre todo nacionales, de Hidalgo, Morelos, de Vicente Guerrero, de Villa y de Zapata. Para traerlos a nuestra historia y poder construir desde atrás, porque a partir del pasado se puede construir un mundo mejor para todos".

"La figura del Che es una ayuda, simplemente porque estos ideales son posibles de que empiecen a hacerse realidad en seres humanos y que no se conviertan en un sueño, en algo que está acorralado o arrinconado en lo que muchos llaman la utopía irrealizable, que no se puede lograr", subrayó.

En el papel de visionario y de intelectual, Marcos : "La izquierda no está liquidada sino tiene mucho que decir todavía y esta especie de silencio mundial que parece haber ahorita, será muy semejante al silencio que tuvimos nosotros, un periodo de reflexión interna de reconstitución y una nueva aparición, una nueva irrupción en el escenario mundial con una propuesta más novedosa y más creativa y mejor. Esa izquierda va a poder asimilar los triunfos y las derrotas que ha tenido a lo largo de su historia".

"Vemos muy lejana la muerte de la izquierda a nivel mundial, al revés, pensamos que va a volver a aparecer y a resurgir y que va a convertirse realmente en una alternativa mundial, que va a poder rivalizar con éxito frente al modelo neoliberal que trata de aplicar la derecha y que ahora puede estarle favoreciendo pero no será por mucho tiempo. Las señales de la crisis del modelos neoliberal son cada vez más agudas y más alarmantes" dijo el Subcomadante rebelde clavando la mirada en el horizonte.

***

París, 29 de octubre de 1967

Roberto, Aleida, mis muy queridos:

Anoche volví a París desde Argel. Solo ahora, en mi casa, soy capaz de escribirles coherentemente; allá, metido en un mundo donde sólo contaba el trabajo, dejé irse los días como en una pesadilla, comprando periódico tras periódico, sin querer convencerme, mirando esas fotos que todos hemos mirado, leyendo los mismos cables y entrando hora a hora en la más dura de las aceptaciones. Entonces me llegó telefónicamente tu mensaje, Roberto, y entregué ese texto que debiste recibir y que vuelvo a enviarte aquí por si hay tiempo de que lo veas otra vez antes de que se imprima, pues sé lo que son los mecanismos del télex y lo que pasa con las palabras y las frases. Quiero decirte esto: no sé escribir cuando algo me duele tanto, no soy, no seré nunca el escritor profesional listo a producir lo que se espera de él, lo que le piden o lo que él mismo se pide desesperadamente. La verdad es que la escritura, hoy y frente a esto, me parece la más banal de las artes, una especie de refugio, de disimulo casi, la sustitución de lo insustituible. El Che ha muerto y a mí no me queda más que silencio, hasta quién sabe cuándo; si te envié este texto fue porque eras tú quien me lo pedía, y porque sé cuánto querías al Che y lo que él significaba para ti. Aquí en París encontré un cable de Lisandro Otero pidiéndome ciento cincuenta palabras para Cuba. Así, ciento cincuenta palabras, como sin uno pudiera sacarse las palabras del bolsillo como monedas. No creo que pueda escribirlas, estoy vacío y seco, y caería en la retórica. Y eso no, sobre todo eso no. Lisandro me perdonará mi silencio, o lo entenderá mal, no me importa; en todo caso tu sabrás lo que siento. Mira, allá en Argel, rodeado de imbéciles burócratas, en una oficina donde se seguía con la rutina de siempre, me encerré una y otra vez en el baño para llorar; había que estar en un baño, comprendes, para estar solo, para poder desahogarse sin violar las sacrosantas reglas del buen vivir en una organización internacional. Y todo esto que te cuento también me averguenza porque hablo de mí, la eterna primera persona del singular, y en cambio me siento incapaz de decir nada de él. Me callo entonces. Recibiste, espero, el cable que te envié antes de tu mensaje. Era mi única manera de abrazarte, a ti y a Aleida, a todos los amigos de la Casa. Y para ti también es esto, lo único que fui capaz de hacer en esas primeras horas, esto que nació como un poema y que quiero que tengas y que guardes para que estemos más juntos.

Che

Yo tuve un hermano.

No nos vimos nunca
pero no importaba.

Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.

No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

Ya nos escribiremos. Abraza mucho a Aleida. Hasta siempre,

Julio
*(Un Gran Cronopio, sobre Otro Gran Cronopio)


Entrevista con el comandante Manuel Piñeiro

Para el Che, la lucha revolucionaria era política, militar y de masas


En mayo de 1957, Manuel Piñeiro, en ese entonces dirigente del Movimiento 26 de Julio en su natal Matanzas, es enviado a la Sierra Maestra. El 10 de septiembre de ese año, conoce personalmente en la sierra a Ernesto Guevara, cuando sus respectivas columnas se cruzan tras un combate.

``Volví a encontrarlo en El Hombrito, otro lugar de la Sierra Maestra donde se hallaba su comandancia: armería, panadería, servicios médico y odontológico, del cual él mismo era el dentista, con una tenaza por único instrumento. Coincidentemente yo tenía un tremendo dolor de muela, pero cuando iba en busca del Che oigo quejidos y gritos de un hombre y lo veo a él sujetando por la cabeza a un campesino, y tenaza en mano, extrayéndole una muela. Allí me dije: jamás caeré en las manos de este hombre. Esa imagen creo que no la olvidaré nunca.''

Tras el triunfo de la Revolución cubana, Piñeiro o Barba roja pasó a ser jefe de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior --del cual es fundador--, encargada, entre otras funciones, de los vínculos con los movimientos revolucionarios del Tercer Mundo. Desde 1975 y durante más de tres lustros condujo el Departamento América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Y a partir del segundo semestre de 1959 mantuvo una estrecha relación con Guevara hasta el asesinato del Che, en 1967.

Piñeiro siempre se había mostrado reacio a conceder entrevistas, pero el pasado 10 de junio Barba roja conversó con los periodistas cubanos Luis Suárez Salazar, Ivette Zuazo y Ana María Pellón para la revista Tricontinental, en lo que dijo era ``mi modesto homenaje al Che Guevara''; a continuación, un resumen de la plática.

La relación de trabajo de ambos hombres se incrementa en la segunda mitad de 1959, cuando Piñeiro es trasladado de Oriente a La Habana ``para incorporarme a la fundación de las estructuras de seguridad e inteligencia que antecedieron a la creación, el 6 de junio de 1961, del Ministerio del Interior, cuyo jefe fue el compañero Ramiro Valdés. Estas incipientes estructuras, y después el viceministerio técnico del Minint --cuya jefatura me encomendaron--, también tenían que ver con la atención a dirigentes revolucionarios y políticos de otros países del Tercer Mundo, quienes venían a conocer la experiencia de la Revolución cubana y conversar con sus principales dirigentes, en primer lugar con Fidel y el Che''.

Estos encuentros con los dirigentes extranjeros, en su mayoría latinoamericanos y caribeños, ``se extendían hasta bien avanzada la madrugada y a veces hasta la salida de los primeros rayos del sol. Se realizaban en casas de seguridad, en las sucesivas oficinas del Che en el Instituto Nacional de Reforma Agraria, el Banco Nacional, el Ministerio de Industrias y ocasionalmente en su casa''.

La concepción de Guevara sobre la diseminación de la lucha revolucionaria en América Latina, indica Piñeiro, ``consistía en fundar una columna madre integrada por revolucionarios de varios países latinoamericanos, la cual, una vez superada la etapa de sobrevivencia, fogueados los combatientes, formados los cuadros de dirección, en su fase de desarrollo y crecimiento crearía las condiciones para el desprendimiento de otras columnas y así expandir el combate a otros países del continente''.

``Según demostró la experiencia cubana, el núcleo guerrillero original, bien dirigido, era el motor chico que accionando política y militarmente echaba a andar el motor grande de las masas. En eso se basaba la concepción continental y antimperialista del Che sobre la lucha armada revolucionaria. Es esencialmente política, militar, de masas y contradice esa interpretación reduccionista del foco guerrillero, que se le ha adjudicado al Che. El hablaba de un foco insurreccional vinculado a las masas, no de un grupo pequeño de hombres armados que actúan divorciados del movimiento popular y en general del pueblo.

``También dijo que no podía desarrollarse la lucha guerrillera en aquellos países donde los gobiernos fueran fruto de alguna forma de consulta popular y donde no se hubieran agotado las posibilidades de lucha cívica.

``Debe resaltarse una idea básica del Che: no necesariamente tienen que existir todas las condiciones para comenzar la lucha revolucionaria, la propia lucha en su desarrollo las puede ir creando. El Che, por tanto, no es responsable de las simplificaciones de la experiencia cubana y de sus concepciones, desarrolladas, aun con las mejores intenciones, por parte de algunos revolucionarios del continente.''

En 1963, indica Piñeiro, Guevara está muy atento a la guerrilla que forma el argentino Ricardo Masetti, a quien ``le dio la tarea de organizar una columna guerrillera cuya misión principal era instalarse en un territorio argentino fronterizo con Bolivia, específicamente Salta, con la idea de incorporarse, en cuanto se lograra un mínimo de condiciones, para dirigir dese allí el inicio de la lucha armada en Argentina''. El Che, agrega, quería ser el iniciador de la lucha en su país natal, ``pero Fidel logró persuadirlo de que sólo ingresara a Argentina luego de que una avanzada creara las condiciones, es decir, que no estuviera allí en la etapa más difícil y riesgosa de cualquier movimiento guerrillero, la de sobrevivencia''.

En 1964 la insurgencia de Masetti es descubierta, sin embargo, para Guevara, ``Argentina, Perú, Bolivia... todo formaba parte de su proyecto integrador para llevar adelante su estrategia de continentalizar la revolución'', apunta Piñeiro.

Y en 1964, Ernesto Guevara comienza a pensar en Bolivia como un escenario de batalla. Ese año, recuerda Manuel Piñeiro, ``el general Barrientos dio un golpe de Estado y se abrió en Bolivia un periodo de intensa represión, pero también de resistencia del movimiento popular, particularmente de los mineros y los estudiantes. Desde entonces el Che comienza a observar el desarrollo de los acontecimientos. Dos años más tarde, estando en Tanzania, decide enviar a Papi (José María Martínez Tamayo) a Bolivia para evaluar la situación. Se confirma el criterio de que esa era la única opción disponible, en el sentido de que existían condiciones políticas mínimas y cuadros bolivianos con experiencia, quienes habían tomado parte en la ayuda a Masetti y a los guerrilleros peruanos''.

Para el Che, la guerrilla boliviana, afirma Barba roja, ``debía resultar en una escuela de formación de cuadros latinoamericanos, sobre todo del Cono Sur... que propiciara extender la lucha armada a otros países fronterizos. A la vez, le permitiría a él acumular fuerzas políticas y militares y esperar con la ocasión más oportuna para continuar hacia su país natal''.

Pero esa aspiración, ``dependería del desarrollo y crecimiento de la columna madre asentada en Bolivia. Sin ella, no era posible seguir hacia Argentina, donde también se había instalado una sanguinaria dictadura militar... De una manera realista, el Che analizó que si a partir de Bolivia surgían y evolucionaban otras columnas guerrilleras, conformadas por combatientes de diversas naciones del Cono Sur, esto provocaría como reacción una alianza entre los gobiernos y los ejércitos de los países fronterizos, apoyados por el imperialismo. Ello contribuiría a la propagación de la lucha armada revolucionaria en la región, la cual se tornaría en un escenario de cruentas, largas y difíciles batallas que más tarde o temprano llevarían a la intervención yanqui. Ese sería, por tanto, otro de los Vietnam a los que él convocó en su histórico Mensaje a los pueblos del mundo a través de la Tricontinental''.

Manuel Piñeiro sostiene que la idea original y el plan para Bolivia pertenecen enteramente a Ernesto Guevara. ``Lógicamente, Fidel ofreció todo el apoyo y la cooperación posibles. Nuevamente le planteó que el Che no fuera en la avanzada, sino cuando ésta ya se hubiera instalado y creado un mínimo de condiciones... Pero el Che ya estaba deseoso de comenzar la lucha, sobre todo en un país como ese, vecino de aquel donde deseaba llevar la batalla revolucionaria, Argentina''.

Y a Guevara le inquietaban también otras cosas: ``desde el punto de vista psicológico se sentía muy apremiado por el paso de los años. El sabía como nadie que le eran imprescindibles las condiciones físicas elementales para conducir un movimiento guerrillero; y que no le sería nada fácil la tarea de desarrollarlo en aquella coyuntura de América Latina, con Estados Unidos desplegando la desmovilizadora Alianza para el Progreso y toda una campaña contrainsurgente de ayuda a los regímenes del área, a los que suministraba armamentos, recursos financieros y entrenamiento a sus ejércitos. Querían evitar a toda costa la propagación del ejemplo de la Revolución cubana''.

Fidel Castro lee, el 3 de octubre de 1965, la carta de despedida de Guevara. Piñeiro considera que ``con carta de despedida o sin ella el plan del Che era inamovible. Estaba decidido a cumplir con lo que él había diseñado como su objetivo histórico y estratégico: continentalizar la lucha antimperialista''.

Rechaza las versiones en el sentido de que la dirigencia cubana abandonó al Che en Bolivia, y señala que desde el principio de la revolución ``el imperio ha practicado una estrategia de división''. Uno de los ejes de esas campañas en este supuesto abandono a la guerrilla del Che se basa en el cuestionamiento del porqué no le mandamos un refuerzo militar para apoyarlo y ayudarlo a romper el cerco del ejército boliviano.

``Cualquiera que conozca las leyes de una guerrilla sabe que en la fase inicial y más difícil, la columna está obligada a desplazarse constantemente para evitar las emboscadas del ejército enemigo, máxime si está en desventaja con éste. En esa fase la guerrilla depende de sus propias fuerzas, y del respaldo que puedan brindarle las redes urbanas, las cuales en aquel momento ya habían sido golpeadas. Por tanto, no era fácil enviar --como dicen-- un refuerzo militar. Eso es pura fantasía.''

En 1965, Manuel Piñeiro era viceministro del Minint y tenía a su cargo las operaciones de traslado de Ernesto Guevara a Africa, su regreso a Cuba y luego a Bolivia.

Cuenta Barba roja que para el Che su etapa en Congo era ``como un escalón, una fase intermedia para prepararse con vistas a su meta definitiva y aguardar a que la evolución de los acontecimientos en América Latina crearan condiciones políticas favorables para llevar a cabo sus planes estratégicos''. Tras prometer que ``algún día'' se conocerán los pormenores de las ayudas que las operaciones africana y boliviana de Guevara, Piñeiro dice que a Africa se movieron más de 140 cubanos y más de 20 para Bolivia.

La última vez que vio al Che, narra Piñeiro, fue ``la madrugada del día que marchaba hacia el aeropuerto para su incorporación a la lucha guerrillera en Bolivia. Fue en una casa de seguridad donde sostuvo, creo, la última conversación con Fidel... No pensé que sería esa la última vez que lo vería... Eramos muy optimistas y teníamos mucha confianza en la decisión, la voluntad y la capacidad del Che, de los cubanos que lo acompañaban y de los bolivianos que habían sido probados en otras tareas, para conseguir su objetivo y poder sortear con habilidad todos los escollos que pudieran presentársele''.

Se enteró de la muerte de Guevara el 10 de octubre, por una ``radiofoto, donde aparecía el cadáver del Che en la lavandería. Llamé a Fidel y él vino a mi casa. Recuerdo la cara de Fidel, dubitativo, aunque le hallara a la foto algún parecido con el Che, no estaba muy convencido de que era él. Se marchó a su casa y estando allí con la compañera Celia Sánchez le llevé una segunda radiofoto, la cual ya no dejaba lugar a dudas de que se trataba del Che... En aquella habitación se hizo un gran silencio. Fidel envió a Celia a buscar a Aleida (quien se encontraba en las montañas del Escambray) para darle personalmente la noticia... Fue un impacto tremendo''.

Dice que no ha leído todas las biografías publicadas sobre Guevara, pero sí comentarios sobre ellas, y ``en particular uno de estos biógrafos pretende presentar a un Che que sólo encarna un símbolo puramente cultural --sobre todo entre la juventud--, despojarlo de su mensaje político-ideológico y de su ejemplo. Algunos enfatizan que todas las tesis económicas, políticas y militares del Che han fracasado, que han perdido vigencia y que el rumbo tomado por la Revolución cubana desvirtúa sus ideales.

``En mi opinión, si la Revolución cubana hubiera abandonado los ideales del Che, no sería, como sigue siendo, un bastión de las luchas populares antimperialistas, anticapitalistas... Aún en las duras circunstancias de agresión económica, política e ideológica por parte del imperialismo, el pueblo cubano mantiene el heroísmo al que lo convocó el Che y lo convoca todos los días Fidel''.

Piñeiro señala la forma en que las sociedades de consumo han pretendido convertir la figura de Guevara en ``una mercancía'', pero agrega que ``la fuerza paradigmática del Che se impone por encima de estas intenciones... Intentar reducirlo a un símbolo cultural es una vulgar simplificación. No creo que la atracción y la solidaridad que su figura concita hoy día... respondan a esa estrecha percepción del legado del Che''.

``Lo ven --prosigue-- como un hombre con una tremenda fuerza moral, muy honesto, sensible, humano, capaz de acompañar su prédica con sus actos; como un símbolo del internacionalismo, del antimperialismo, de la solidaridad, del genuino socialismo. En fin, un ejemplo para las actuales y futuras generaciones, que lo toman como bandera de intransigencia revolucionaria, de los valores éticos y de la justicia social''.


El comandante Manuel Piñeiro, un personaje enigmático apodado Barba roja en la década de los 60 por amigos y enemigos, era jefe de la Dirección General de Inteligencia del ministerio cubano del Interior, que aseguraba los lazos con los movimientos revolucionarios en el Tercer Mundo, en la época de la expedición boliviana del Che Guevara.Entrevista con el comandante Manuel Piñeiro

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El Nacedor

¿Por qué será que el Che tiene esta peligrosa costumbre de seguir naciendo? Cuanto más lo insultan, lo manipulan, lo traicionan, más nace. El es el más nacedor de todos.

¿No será porque el Che decía lo que pensaba, y hacía lo que decía? ¿No será que por eso sigue siendo tan extraordinario, en un mundo donde las palabras y los hechos muy rara vez se encuentran, y cuando se encuentran no se saludan, porque no se reconocen?

Eduardo Galeano

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Ahora serán las palabras, las más inútiles o las más elocuentes, las que brotan de las lágrimas o de la cólera; ahora leeremos bellas imágenes sobre el fénix que renace de las cenizas, en poemas y discursos se irá fijando para siempre la imagen del Che. También estas que escribo son palabras, pero no las quiero así, no quiero ser yo quien hable de él. Pido lo imposible, lo más inmerecido, lo que me atreví a hacer una vez, cuando él vivía: pido que sea su voz la que se asome aquí, que sea su mano la que escriba estas líneas. Sé que es absurdo y que es imposible, y por eso mismo creo que él escribe esto conmigo, porque nadie supo mejor hasta qué punto lo absurdo y lo imposible serán un día la realidad de los hombres, el futuro por cuya conquista dio su joven, su maravillosa vida. Usa entonces mi mano una vez más, hermano mío, de nada les habrá valido cortarte los dedos, de nada les habrá valido matarte y esconderte con sus torpes astucias. Toma, escribe: lo que me quede por decir y por hacer lo diré y lo haré siempre contigo a mi lado. Sólo así tendrá sentido seguir viviendo.

Julio Cortázar

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“Camilo, aquí está el Che”

Humberto Concepción Toledo

"Siempre estuve a disposición del Che", asegura Juan Broche.

Radio Rebelde, la emisora guerrillera, hizo inmortal la frase que todavía hace vibrar a quienes la escuchan. Octubre la reitera desde que la historia quiso atrapar en un mes la dimensión de sus hazañas. Como si el contacto de los jefes de las columnas invasoras a través de las hondas de la planta fundada por el Che a principios de ese propio 1958, hubiese quedado eternizado como símbolo de una amistad que hasta en los más duros momentos encontró espacio para la broma, para la amistad sincera y el respeto de los héroes.

Los meses previos al triunfo de la Revolución dejaron en suelo espirituano una huella de esa relación entrañable entre Camilo Cienfuegos y Ernesto Che Guevara, recogida en las páginas del libro El Joven Kmilo, del también invasor William Gálvez.

(...)

El 25 de noviembre, Camilo y parte de su tropa acampan en Juan Francisco; los restantes continúan hacia la comandancia, en los montes de Alicante. Ese día Pinares es designado para operar con su pelotón en los alrededores de Camajuaní. También se recibe el tan esperado mensaje de Che, en que cita a su entrañable hermano de armas para El Pedrero, en el Escambray. Rumbo a ese destino, a caballo, parte el Señor de la Vanguardia con varios invasores el 27 de noviembre. En el cruce de la Carretera Central abordan un jeep, y en él arriban a su meta en la noche del 29 de noviembre.

El encuentro entre los dos ya legendarios comandantes invasores se manifiesta a la altura de su profunda amistad. Ambos se muestran sinceramente emocionados por verse de nuevo y estar juntos en aquella provincia. Más tarde vienen las conversaciones relacionadas con los problemas en dicho territorio y cómo se van solucionando. Por su parte, nuestro jefe narra los encontrados en la zona norte y las soluciones que les ha venido aplicando. Luego tratan sobre los planes de continuar la invasión. Como colofón, por supuesto, no faltan las bromas que Camilo hace a Che. Almuerzan y hacen práctica de tiro con pistola.

El 30 de noviembre, segundo aniversario del alzamiento en Santiago de Cuba, Che comunica a Camilo que por la subida de Fomento a El Pedrero vienen dos tanques Sherman, una tanqueta y más de cien “casquitos”. Nuestro jefe asume el mando del personal que está emboscado en El Pedrero. Ordena disparar sólo cuando el enemigo esté bien cerca, y tiro a tiro, para ahorrar parque. Una avioneta se mantiene dando vueltas sobre el territorio rebelde.

Por la tarde llega la noticia de que los guardias que vienen por el camino de Santa Lucia, siguen avanzando y pronto llegarán a Manacas, donde el Che acampa. En ese lugar también se encuentran el transporte de la tropa de la “Antonio Maceo” y las bombas que se espera poder trasladar a nuestra Zona Norte. Guevara ordena hacer otro frente, entre El Pedrero y Manacas, para defender dicha posición. Ante la inminencia del peligro, se trasladan todas las mercancías para lugares seguros y se manda a buscar a los milicianos, con el propósito de cavar trincheras y abrir una zanja en el terraplén, para evitar el avance de los tanques y carros blindados. Más tarde se recibe la noticia de que los vehículos y las demás unidades militares han comenzado a retirarse.

Donde se encuentran los invasores de la “Antonio Maceo”, el enemigo no se ha dispuesto a entrar en combate, lo que permite que se cocinen algunas gallinas y se descanse. Luego Camilo y sus acompañantes se dirigen en un jeep donde se encuentra Che, pero el primero se muestra preocupado por no tener noticias de su tropa.

(...)El 1 de diciembre, bien temprano, Camilo extiende más la línea de fuego y coloca personalmente a los combatientes. Se tirotea un poco al enemigo, que no avanza; al mediodía, éste comienza a retirarse, y en la huída abandonan obuses de bazucas. Antes de regresar a su zona de operaciones, Camilo y Che conversan nuevamente sobre los planes futuros; acuerdan que el capitán Ángel Frías (Angelito) se quede como jefe de las tropas que operan en lo que ellos han denominado “el Frente Norte de Las Villas”, para lo cual debe trasladarse hacia ese territorio con nuestro jefe, quien ordena recoger las bombas para, luego de la despedida, iniciar el regreso.

El mes de despedida de 1958 atesora la historia de la consolidación de las acciones rebeldes en el centro de la Isla y en toda Cuba. La desmoralización de las fuerzas batistianas hace que prácticamente el ejército se encierre en los cuarteles ante la ofensiva guerrillera. Mientras las tropas de la Columna 8 y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo consiguen la liberación de Fomento, Guayos, Cabaiguán y Sancti Spíritus, en la zona norte, Camilo y sus hombres también hacen de las suyas hasta concentrar esfuerzos en Yaguajay, en cuyo cuartel encuentran una tenaz resistencia.

El Ejército Rebelde posee un menor número de hombres con buen armamento, aunque mayor cantidad total que el enemigo si contamos la milicia campesina. En cuanto a la correlación en armas, el enemigo tiene efectivos superiores a los de los revolucionarios, pues para poder atacar con probabilidades de éxito a una tropa que está a la defensa, se necesita duplicar o triplicar su número en hombres y armamentos. El Ejército Rebelde no tiene esa fuerza, aunque cuenta con otra superior, que sobrepasa los cálculos logísticos: su moral combativa, su disposición de lucha por una causa justa, así como el apoyo de la población.

(...)

El experimentado jefe guerrillero (Camilo), después de estudiar la situación, decide tomar el pueblo primero, es decir las posiciones que ocupa el enemigo, y luego el reducto militar.

El encalve militar es una sólida fortificación situada en una explanada, sin construcciones ni vegetación en unos cien metros a la redonda, lo que hace extremadamente difícil su asalto. Las posiciones dentro del pueblo, sin embargo, son más vulnerables, ya que los insurrectos pueden acercarse a ellas protegidos por las construcciones aledañas. Camilo ordena concentrar el mayor número de combatientes en esos objetivos, para, una vez tomados, equilibrar la correlación de fuerzas contra los acuartelados.

Al iniciar el fuego a sus posiciones desde la noche del 22 de diciembre, se logra que las avanzadas y patrullas existentes en el pueblo, se retiren. El 23 de diciembre, luego de conocer con exactitud la situación de los soldados y de concretar los últimos detalles, el Jefe decide estrechar el cerco y desalojarlo del pueblo. Con las primeras sombras de la noche se inicia el ataque. Mientras da instrucciones, recibe la visita del Che. Camilo monta en el jeep junto con su querido jefe y amigo, y con otros combatientes se dirige al batey de La Caridad. Allí analizan y acuerdan cómo desarrollar las acciones futuras.

El jefe rebelde del MR-26-7 en la provincia coincide con el plan de Camilo y, a su vez, le informa que va a atacar a Remedios y Caibarién, para lo cual le solicita algunos hombres. Indica a su mejor alumno que debe permanecer allí para concluir la toma del cuartel; ambos coinciden en que será la posición más difícil si el enemigo, como parece hasta ese momento, se empeña en defenderlo.

A la hora de la retirada, Che, queriendo fastidiar a Camilo, le dice irónicamente:

- Voy a tené que mandarte mi pelotón suicida para ayudar a vos a tomar ese cuartelito.

Risueño e imitando la manera de hablar de su amigo, Camilo le pasa el brazo por el hombro y responde:

- Vos teené un pelotón suicida, pero toda mi columna es suicida... Mira que vos sos descarado, argentino cobardón... Tené que hacer eso, para que te saquen de tus apuros... Pero yo no lo necesito, porque no corro en los combates como vos... Andá, montate en el jeep y no te ocupés, que si tenés miedo, mándame a buscar.

- Está bien, chico... Pero acordate que yo soy tu profesor... – Expresa Guevara con la misma alegría.

Camilo lo abraza y responde con ternura...

- Tienes razón. Toda la vida lo serás.

El abrazo de Che no se hace esperar. Luego de la simpática y cariñosa despedida, Guevara sube al jeep y ya en marcha, le grita a su querido hermano:

- ¡Acordate de no hacer locuras, Camilucho...!

Mientras las fuerzas del Che logran avances impredecibles y se hace más cruento el hostigamiento a las posiciones enemigas en Santa Clara, la tropa de Camilo proseguía su combate en el cuartel de Yaguajay, bajo la incidencia de las bombas de la fuerza aérea batistiana, que en la mañana del 25 de diciembre lanza a los sitiados alimentos y parque, que en su mayor parte cae en manos guerrilleras.

Lo más importante del día es la nueva visita de Che. Éste recomienda a nuestro jefe que mantenga la calma y no intente tomar por asalto el cuartel, pues eso originaría una gran pérdida de hombres. Él considera que puede dominar la situación de Santa Clara con las fuerzas bajo su mando, en cooperación con las del Directorio Revolucionario 13 de Marzo.

Se determinan los posibles lugares por donde los sitiados pueden recibir refuerzos y dirigirse en caso de que intentaran romper el cerco para ser evacuados. Esto sólo lo pueden hacer por algunos de los embarcaderos de los centrales situados en la costa norte, incluyendo los más cercanos a Camaguey.

Luego de retirarse el jefe de la Columna No 8 “Ciro Redondo”, su colega de la “Antonio Maceo” me ordena situar emboscadas en la carretera entre Mayajigua y Chambas, minar los puentes entre ambos pueblos, también los de los embarcaderos de los centrales Nela y Victoria, y situar personal en el aeropuerto de Mayajigua.

Las fuerzas batistianas en el cuartel de Yaguajay bajo el mando del capitán Abon Lee continúan cercadas el 28 de diciembre, en espera del prometido refuerzo que sus superiores le vaticinaban, mientras les inculcaban que resistieran.

En horas de la noche, Camilo se dirige a Santa Clara en unión de otros combatientes. Va a un cambio de impresiones, a analizar el desarrollo de la situación y en busca de una bazuca o un mortero, seguro de que con esa arma rendiría al cuartel.

Aunque está conciente de que no puede sacrificar hombres, se le nota ansioso por terminar de una vez el combate de Yaguajay. Se ratifica la misma táctica: no desesperarse, no sacrificar hombres. La marcha a occidente aún se mantiene, le reitera Che. Su querido compañero le informa del desarrollo de las acciones en la capital villareña, y le entrega una busca y un cañón antitanque, aunque este último requiere reparación; le promete, además, ir a visitarlo y llevarle un mortero.

Amanece el penúltimo día de 1958 y la situación dentro del cuartel de Yaguajay se hace cada vez insostenible, pero ante la terquedad del jefe de la plaza, la guarnición sigue resistiendo, aún cuando la moral de la tropa es baja.

Esa misma noche nos visita por tercera vez el comandante Guevara acompañado de varios combatientes. El encuentro se efectúa en el batey del Narcisa.

Sesenta años atrás, un glorioso internacionalista vivaqueaba con su tropa en este propio batey, sufriendo la ignominia de un triunfo escamoteado y una independencia mediatizada, por la oportunista y rapaz intervención de los Estados Unidos. El General en Jefe del Ejército Libertador, nuestro querido Máximo Gómez, al finalizar la segunda Guerra de Independencia, en 1898, se vio obligado a permanecer en este territorio de Yaguajay hasta el 2 de enero de 1899. En esta ocasión, la historia no se repetiría: los jefes invasores serían los primeros en entrar triunfantes en La Habana.

Camilo le informa acerca del “Dragón I” y lo útil que puede ser fabricar varios para atacar posiciones situadas en llanazos, como el cuartel de Yaguajay. Che toma la idea como buena. A su vez, le informa de la situación en Santa Clara, del sitio del Escuadrón 31; aunque el regimiento y otras posiciones aún no han sido tomados, se mantienen cercados y considera que con las fuerzas existentes podrá hacerle morder el polvo de la derrota.

Entrega a su compañero de armas una bazuca con escaso parque y le promete mandarle al siguiente día un mortero con su tirador. El comandante Cienfuegos le solicita el envío de una avioneta para bombardear a los cercados, y Che le responde que se la mandará durante la tarde del próximo día. Camilo se ve impaciente, y nuevamente su jefe y hermano le pide calma.

Le explica que los personeros de la tiranía hacen hincapié en que Fidel y los principales dirigentes del Ejército Rebelde y el Movimiento revolucionario 26 de Julio son comunistas y están apoyados por ese partido, por lo cual es probable que se produzca una división del país: desde los límites entre Las Villas y Matanzas hasta Pinar del Río, se mantendría el régimen, y desde esos límites hasta Oriente quedaría en manos nuestras, como ha sucedido en Corea y Vietnam. En este caso los gringos le facilitarían a la tiranía tropas para la defensa de su territorio, tal como ha hecho en esos países. Por todo esto, es necesario contar con suficientes fuerzas para enfrentar las futuras situaciones, le concluye.

CAMILADA

La presencia del famoso guerrillero argentino atrajo a muchos vecinos del batey. Al percatarse de la curiosidad de los pobladores del lugar, Camilo se dirige a Che:

- Tú sabes que cuando triunfemos me voy a hacer rico contigo.

- Dejate de bromas, que tengo que irme...

- No, no es broma... Te voy a meter e n una jaula y recorreré el país cobrando a medio la entrada para verte.

- Tú siempre con tus camiladas, -expresa Che, sonriente.

Un día después, la toma de Santa Clara y la rendición del cuartel de Yaguajay engrandecería la hazaña de los invasores y abriría el camino para el recibimiento del enero luminoso de 1959. Camilo y Che emprenderían nuevas acciones, pero su estancia en suelo espirituano contribuiría a reafirmar la solidez de una amistad eterna.


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2 comments:

Mautinus de Ishjonfel said...

Ahora que leía esta entrada, recuerdo cuando nos detuvimos por la carretera a "sacarnos" unas fotos junto a la tanqueta que había neutralizado fidel. no recuerdo con exactitud el nombre del sitio, pero era en plena "sierra". Tenía un gran boquete, pero estaba bien pintada para evitar que se siguiera dañando y además descansaba sobre un firme de cemento (como cualquier otro monumento) al que se accesaba por una pequeña escalinata. Estuve en Granma varios días, en el "Oriente", hace unos meses, vi a fidel hablar "en cadena nacional" por televisión, la tele de la cabaña no se veía muy bien, pero al menos gozaba, por ser "invitado extranjero", de aire acondicionado, mientras afuera, la oscuridad, el silencio, el calor, las tarántulas. Observé a la gente sentada en el estudio de t.v. como "lo escuchaban", no se movía, casi no parpadeaba, hasta parecían no querer respirar alto, no gesticulaban, nada, simplemente "escuchaban", en apariencia atentos, las palabras y los gestos del viejo uniformado. Yo interpreté su actitud, más que como un respeto, como efecto del terror, del miedo. Todavía recuerdo haber tomado una foto (por cierto todas se perdieron en un ataque de virus al disco duro) de un espectacular por la calle que rezaba "patria o MUERTE". Yo pienso que si se llega por las armas, se tiene por fuerza, que mantenerlas. No es fácil dejar el uniforme verde, no se puede, ante la posible amenaza de un nuevo ataque a lo ya conseguido. Armas tienen todos, hasta los narcos, y unos cuantos, como los gringos y los israelíes, son los que tienen casi siempre las mejores. Cuántas "coincidencias" puedo ver en lo sucedido hace 30, 40 años, con lo que acontece hoy. EN CUBA, La cabeza de arriba cambió, pero la dictadura se mantuvo, el pueblo come y es feliz pues no le queda más remedio, el ron y el tabaco, el beisbol y el sexo, lo mantienen a flote, una consigna, un nuevo ataque al imperialismo, una canción, la escuela, los infiltrados que paga fidel para que denuncien a los traidores, son algunas de las cosas que los mantienen unidos, a pesar de todo. Para ellos, "todo" (el mundo exterior) es "como en las peliculas", que por cierto, ven ilegalmente, por pirateria. La gente abre su ventana o detrás de su puerta, vende pastelillos para sobrevivir, mientras la policía "se hace de la vista gorda", pues no pueden denunciar esa traición a la patria, no pueden denunciar al hermano a la madre, por estar siendo una semilla evidente del capitalismo, mercando para beneficio particular, siendo ya una mínima porción de la iniciativa privada. Muchas cosas cambiaron otras permanecen igual. Y yo me pregunto: qué haría el che ahora, que hubiera hecho de seguir vivo? siempre he creido que las cosas pasan por algo, hasta las aparentes "coincidencias", o "las malas noticias" y, hasta qué punto es un mito como el del ché, necesario y pertinente en estos días... yo por lo mientras te traje un llaverito del ché que compré en el aeropuerto antes de regresar a este precioso México, donde "la revolución" se ha institucionalizado y siempre es vigente. Saludos Solondra, que ese ché que piensa que el amor es básico para un revolucionario, sea el que persista en nuestra memoria y no sólo la figura militar que carga un fusil y jala un gatillo. Pues bueno, se que no es nada, un mero detalle, pero bueno, aqui tengo tu llaverito" je, espero pronto pueda entregartelo.

Mautinus de Ishjonfel said...

por cierto, tambien un billete de tres pesos cubanos, y no de los chavitos, bueno no sé si ese mejor quedármelo para ponerlo bajo el cristal de un escritorio viejo jajaja