Tuesday, June 24, 2008

Entrevista a Ernesto Ledesma, coordinador del Centro de Análisis Político e Investigaciones Sociales y Económicas (CAPISE)

CGT:¿Cual es el motivo que ha llevado al CAPISE a realizar una gira que ya ha recorrido México y Estados Unidos y que ahora llega al Estado Español?

Ernesto Ledesma: Uno de los propósitos fundamentales es romper el cerco informativo que hay sobre lo que está pasando en el territorio indígena contra los pueblos zapatistas. Hay una ofensiva feroz y brutal por parte del Estado Mexicano que está siendo silenciada por parte de los medios de comunicación. Por eso que nosotros hemos decidido llegar a las bases, a las organizaciones y a las redes y colectivos de la sociedad civil, tanto nacional como internacional, y explicarles qué es lo que está pasando. Este es uno de los propósitos fundamentales: que llegue la información y que cada organización de la sociedad civil tome las medidas que considere oportunas en defensa de los pueblos zapatistas.

CGT- En el Estado Español la gira recorrerá Madrid, Segovia, Sevilla, València, Galiza , Euskadi y Catalunya. Después, ¿por qué países europeos continuaréis?

Ernesto Ledesma: Recorreremos Francia, Italia, Grecia, Suiza, Alemania, Bélgica, Escocia, Dinamarca, Suecia y Noruega. Nuestra pretensión es que todas las redes y organizaciones que están desarrollando un trabajo con las comunidades zapatistas o forman parte de la VI Internacional y de La Otra Campaña tengan la información de lo que sucede. Son ellos los que en cada lugar nos están apoyando en organizar el programa de actividades. Pretendemos que no sólo los medios alternativos informen, sino que también lo hagan los medios comerciales. Estamos tratando, por ejemplo, que el periódico Le Monde nos permita contestar en sus páginas a un artículo que una corresponsal suya escribió a propósito de las comunidades indígenas y del coloquio en memoria de Andrés Aubry en diciembre pasado y con el cual diferimos diametralmente.

CGT: En los últimos meses en Chiapas se está produciendo un aumento bastante significativo de la militarización ¿a qué se deben estos movimientos militares?

Ernesto Ledesma: Nosotros estamos documentando un cambio gradual desde el principio del año 2006. Ese fue el último año de gobierno de Vicente Fox y comenzó el de Felipe Calderón. Fue un año complejo para México y para los que ahí vivimos, un año convulso con los movimientos sociales de La Otra Campaña, de la APPO y con los movimientos que hacen frente al fraude electoral tan escandaloso que tuvo nuestro país y que concluyó con la imposición de un presidente que no ganó. A partir de ese momento, en las comunidades comenzamos a percibir un cambio por parte de las fuerzas armadas, particularmente por parte del ejército militar. En la zonas Selva, Altos y Norte identificamos que existen fuerzas especiales y hemos comprobado que donde hay o hubo fuerzas especiales es donde se formaron los grupos paramilitares. Este cambio gradual y sustantivo por parte de las fuerzas armadas ha sido una señal de alarma que nos indica que algo está cambiando desde la entrada de Felipe Calderón y que se ha traducido en una reactivación de los grupos paramilitares. En alguna ocasión se nos ha preguntado si el ejército federal mexicano va a atacar a los pueblos zapatsitas o al Ejército Zapatista de Liberación Nacional: nosotros no sabemos si atacarán o no, lo que sí tenemos claro es que está preparado para hacerlo.

CGT: ¿Qué se pretende con esta militarización: acabar con la autonomía de los pueblos zapatistas o abrir paso a las empresas que tienen intereses económicos en la zona?

Ernesto Ledesma: Yo creo que es una conjunción de ambos. Hay intereses poderosos de sectores económicos de iniciativa privada tanto mexicana como extranjera. El proyecto que representa la libre determinación de los pueblos zapatistas en la concretización de sus Juntas de Buen Gobierno y de su autonomía aplicada en lo hechos ya no es un sueño ni una utopía, es una situación literalmente real. Los pueblos indígenas que antes sólo podían recurrir a la vía oficial, ahora tienen una alternativa autónoma de acuerdo, además, a sus usos y costumbres y en su idioma. Ya hay comunidades que no son zapatistas que han decidido resolver sus conflictos en materia penal, en materia de justicia, en materia agraria o de salud mediante las Juntas de Buen Gobierno de los Municipios Autónomos.

La estructura de gobierno autónoma que tienen los pueblos zapatistas representa ya algo real y en la medida en la que este proyecto va creciendo se va incrementando la ofensiva. Los proyectos sociales del gobierno están inyectando más recursos para tratar de evitar que la gente acuda a los zapatistas y que, por tanto, reconozcan a sus autoridades. Lo que nosotros estamos exigiendo es que reconozcan a nuestras autoridades autónomas y que ambas puedan tener una convivencia. El problema es que las autoridades oficiales se niegan a reconocerlas y estas, a su vez, siguen manteniendo su resistencia y su autonomía a pesar de la fortísima ocupación militar con 56 campamentos permanentes en territorio indígena y de la reactivación de los grupos paramilitares que intentan generar la división en las comunidades. El proyecto de los pueblos zapatistas está resultando un desafío a ese modelo económico y de gobierno. Pensamos, pues, que ahí hay una conjunción y articulación de intereses económicos sobre los recursos naturales, los recursos bióticos y los proyectos ecoturísticos. Pero para poder desarrollar estos planes las comunidades indígenas estorban: si se les mantiene ahí, los quieren como empleados que atiendan complejos turísticos o para que trabajen en la extracción de los recursos de sus tierras.

CGT: ¿Qué son las Brigadas de Observación Tierra y Territorio y qué objetivo tienen?

Ernesto Ledesma: Las agresiones que están padeciendo los pueblos indígenas zapatistas han llegado a tal extremo que, en marzo del año pasado, los compas zapatistas hablaron con nosotros ante la necesidad de formar brigadas de acompañamiento, observación y documentación en las comunidades indígenas. Desde el CAPISE, y en acuerdo con las comunidades y las autoridades zapatistas, se formaron las BOTT. Estas brigadas permiten que la sociedad civil nacional e internacional tenga una relación más directa y estrecha con las poblaciones. Primero se da un taller de capacitación y contextualización sobre lo que está ocurriendo en la zona a la que será enviada la brigada. Después, las Juntas de Buen Gobierno toman la coordinación de la brigada y deciden a qué región deben ir. La Brigada lleva unos cuestionarios y lleva a cabo una serie de entrevistas con las comunidades y con las autoridades de los municipios autónomos que ayuden a documentar las amenazas, los desalojos y las agresiones. Una vez recabada la información, desde el CAPISE se emite un informe que se hace público y se difunde a los medios de comunicación. Se trata, pues, de un trabajo colectivo y conjunto que sirve parea documentar, difundir y denunciar las violaciones a los derechos humanos de los pueblos indígenas.

Por primera vez, el pasado 30 de diciembre, hubo una agresión contra una brigada con amenazas de violación sexual y privación ilegal de la libertad. Desde el CAPISE hemos emprendido acciones penales ya que no vamos a permitir que se toque a alguna de las brigadas en un marco de impunidad. Quien quiera formar parte de las brigadas puede visitar la web www.capise.org.mx donde encontrará la información necesaria.

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