A PERSONAS E INTELECTUALES
A LA OPINIÓN PÚBLICA.
El fraude electoral del pasado 2 de julio suscitó un amplio movimiento social y político, encabezado por Andrés Manuel López Obrador millones de personas salieron a las calles y sus voces fueron silenciadas a través de la mediatizada opinión pública y las prebendas de puestos en la administració n pública federal. El voto por voto vitoreado por la multitud se tradujo en la aplicación de un supuesto “estado de derecho” que se vende como mercancía y se encuentra al servicio de los poderosos.
La toma de poder de Felipe Calderón el primero de diciembre del año pasado en compañía de todo el aparato militar y los generales, fue un mensaje contundente y claro del papel fundamental que el ejército federal jugaría en este sexenio en la aplicación de las políticas impulsadas desde Los Pinos. En esa tónica, Oaxaca y San Salvador Atenco se establecieron como prioridades nacionales para su exterminio.
El encarcelamiento de los principales dirigentes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) y la pena de por vida a los Dirigentes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (67 años) se enmarcó en la criminalización de la organización y la protesta social en México.
Definida la política militar, el ejército federal salió a las calles: carreteras federales, pueblos y comunidades, municipios y estados enteros se vistieron de verde olivo y gris, bajo el pretexto de encarar al narcotráfico: Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Sinaloa, Veracruz, Coahuila, Nuevo León, son sólo un ejemplo de esta política de paramilitarizació n del país, que hasta hoy ha tenido como resultado ejecuciones extrajudiciales; recordamos que en la sierra Zongolica, se materializó la brutalidad con la que el ejército federal trata a las mujeres y pobres, Ernestina Ascensio Rosario, mujer indígena de 70 años de edad, fue violada, torturada, finalmente asesinada. Sus familiares ultrajados y amenazados por los grupos paramilitares enquistados en el poder Local y Federal; las violaciones cometidas por el ejército en Michoacán y Coahuila, en Sinaloa fue hostigada, torturada y finalmente asesinada una familia entera; bajo este mismo contexto, las organizaciones de
derechos humanos y el pueblo en general se han convertido en un blanco idóneo de hostigamientos, detenciones ilegales, cateos, tortura y desapariciones.
Esta estrategia de militarización y paramilitarización no es nueva en nuestro país, surge desde los años sesentas y setentas con la implementació n de la guerra sucia que ha dejado un saldo de más de 1000 desapariciones forzadas, principalmente en el Estado de Guerrero con el pretexto de combatir a la guerrilla y al comunismo y eliminar toda disidencia organizada aunque fuera legal y abierta. Como ejemplos de estas heridas que no podemos olvidar están los hechos ocurridos en Aguas Blancas en 1995; Acteal en 1997; El Charco en 1998; la represión sistemática de tierra arrasada que se ha desarrollado sobre la región de Loxicha desde 1996 con un saldo de decenas de desapariciones y asesinatos y 12 presos políticos que están en pie de lucha por su libertad; Pasta de Conchos; SICARTSA; Atenco; Oaxaca; y la represión que se vislumbra hacia el Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Parota (CECOP) en la lucha que está dando por la defensa de sus tierras.
En la instrumentación del inexistente estado de derecho, su política militar y paramilitar, ningún individuo u organización quedan exentas de los riesgos de ser detenido, torturado y desaparecido forzosamente. Manifestamos que en nota periodística, circulada por diferentes medios electrónicos y escritos se da a conocer, que el pasado 25 de mayo, en el estado de Oaxaca, dos miembros de PDPR-EPR fueron detenidos, sin que al momento se conozca su paradero, estado físico y psicológico, Raymundo Rivera Bravo y Edmundo Reyes Amaya.
La sociedad Mexicana en su conjunto, las organizaciones sociales, civiles, políticas y de derechos humanos, abajo firmantes exigimos el cese de la guerra sucia en el país, la presentación con vida de los desaparecidos; nos pronunciamos en contra de todo acto de tortura, desaparición forzada, crímenes de lesa humanidad y hostigamiento que sufran los luchadores sociales y de derechos humanos emprendidas por el Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa y el Yunque.
¡PRESENTACIÓN CON VIDA Y CASTIGO A LOS CULPABLES!
¡NI UN TORTURADO NI DESAPARECIDO MÁS!